En vísperas de la primavera, las opciones de ocio en espacios abiertos vuelven a ser atractivas. Una de las tendencias que ha venido creciendo desde hace unos años con firmeza y pretensiones de futuro, es la apertura al público de las terrazas de Hotel.

Desde hace pocos años, se ha incorporado al inventario de opciones para hacerle frente al clima estival urbano una novedad que está creciendo con fuerza: las terrazas de hotel. Los hoteles de lujo de las grandes ciudades han empezado a hacer accesibles sus terrazas para uso no sólo de sus huéspedes sino también abiertas a visitantes en general. Copas en las alturas o fiestas con Djs invitados otorgan un poco de descanso ante los embates del clima.

El éxito que han tenido estas propuestas en ciudades como Nueva York, Los Ángeles, Paris o Londres ha contagiado numerosas ciudades españolas que siguen este influjo. La apertura de terrazas de hotel renueva y mejora así la clásica oferta de la gastronomía hotelera. Chefs de moda y espacios de diseño hacen de los restaurants y terrazas sitios casi diferenciados del negocio de hospedaje en sí. El hotel renueva una vez más el concepto de “lugar de paso”.



Las posibilidades de disfrutar de comidas, cenas, tapeo o tan solo copas en estas áreas diferenciadas van muchas veces acompañadas de ritmos de Jazz, sesiones de DJ’s destacados en la escena, ciclos de cine, exposiciones o fiestas selectas. Una amplia gama de opciones que intenta generar atractivo para un público específico, exigente en su forma de consumir productos culturales y trendy en sus elecciones.

Este fenómeno creciente, circunscripto en el espacio del Hotel, contribuye a revitalizar y reinventar el negocio de Alimentación y Bebidas del sector, y es también a largo plazo, una búsqueda de potenciar la marca Ciudad como destino de moda, plagada de posibilidades chic para consumidores urbanos (turistas o no). Esta tendencia acompaña una intensiva revitalización que los centros urbanos vienen experimentando hace tiempo gracias a la creación o promoción de instituciones culturales y espacios distintivos de ocio, para un ya maduro Turismo Urbano.

El hotel deja de ser exclusivamente un lugar de paso para transformarse en un espacio de moda, en un producto consumible que suma al disfrute, aquella “aura” que los hoteles tienen de por sí internalizada en su imagen. Este espacio concebido como oasis de libertad, de liberación de fantasías, de anonimato y laxitud de normas y convenciones, contiene todos los elementos para transformarse en foco atracción para un público moderno y urbano. Hoy en día el consumidor desea experiencias y nuestro sector se encuentra en un sitio estratégico para ofrecerlas.

Os lanzo una pregunta… ¿Qué terraza visitaréis esta primavera próxima?

Luciana Asinari – C4T